Los orígenes son muy antiguos: existían ya en el siglo III. Según se cree fueron los romanos quienes los llevaron a Inglaterra como cazadores de conejos y una vez allí fueron cruzados con sabuesos del lugar. Entre el 1300 y el 1400 alcanzaron un elevado grado de popularidad entre los monarcas británicos. Eduardo II y Enrique VII tenían grandes jaurías. Hacia el 1700 los Beagles ya se habían extendido por Gran Bretaña, Italia, Grecia y Francia y aumentaban su popularidad. En 1870 fue introducido en EE.UU. donde se volvió muy popular.
Es el más pequeño de los sabuesos ingleses, utilizado para la caza de la liebre y del conejo salvaje, trabajan en grupos más o menos numerosos. Con un carácter muy agradable y simpático, se muestra muy veloz y determinado en la caza, sabiendo seguir el rastro de los animales y aproximarse a ellos con rapidez y gran seguridad.
Los Beagles se popularizaron entre la monarquía inglesa entre los años 1300 y 1400’s durante los reinados de Eduardo II y Enrique VII y ya había perros de esta raza además de Inglaterra en países como Francia, Italia y Grecia.
Alrededor de 1830 el reverendo Phillip Honeywood en Essex Inglaterra mantuvo perros de esta raza que utilizaba exclusivamente para la cacería sin importarle su apariencia física. Thomas Johnson también en Inglaterra por el contrario trató de criar perros que sirvieran en su función zootécnica y además fueran atractivos físicamente. A ellos se les considera como los iniciadores modernos de la raza.